Siempre digo en las entrevistas que soy de los fotógrafos que se meten dentro de la fiesta y se compromete al 200%, y sucedió que a la Boda de la hermosa Lucía y de Sergio llegué ya con fiebre y con mi cuerpo en pésimo estado. Debían saberlo los Novios? Jamás! Soy de los que piensan que cualquier problema no debe ser comunicado para que ellos disfruten y se relajen. Estaba solo y debía cubrir ese momento especial para ellos como fuera posible. Y eso hice porque se lo merecían. Confiaban en mí y quería darles lo mejor. Pero al final creo que lo notaron en mi cara y se los comuniqué, pero con una promesa de mi parte: "Voy a dar lo mejor de mí y vamos a disfrutar de esta fiesta!"

Y fué así. Una bellísima Boda y de las que me gustan a mí: esas donde la gente disfruta y baila, se ríe, se deja llevar y ser como son realmente. La Fiebre seguía, el dolor en el cuerpo estaba, pero nunca les presté atención y pude registrar a esta hermosa pareja y sus amigos.

Lucía y Sergio estaban muy ansiosos por la Boda, ya sabía de mucho tiempo antes que la futura Esposa sería una Reina y que su vestido sería enorme porque siempre había soñado con ese momento de pequeña. Y no me decepcionó en lo más mínimo. El novio Sergio en un perfecto traje con toda su seriedad... sólo a la vista!

Rodeados ambos de sus familias, y de todos sus amigos decidieron dar el sí con una bella y musicalizada ceremonia en el Salón Campo Norte a las afueras de Córdoba. Con un servicio excelente de atención a los Agasajados a cargo del exquisito servicio de Catering 900 (Novecento),  y la música a cargo de Favio Rossini para Fernando Berberian, las posibilidades de éxito estaban aseguradas.

A disfrutar!