Quizás lo que más me gusta de este tipo de Bodas es su “familiaridad”. En un ambiente donde todo parece que tiene que seguir un protocolo, algunas parejas (varias de las que me han elegido) parecen querer salirse de eso y simplemente sentir. Creo que nada es más auténtico que eso.
Siempre les aconsejo que el día de su Casamiento - más allá de las expectativas que tengan - no dejen de ser ellos mismos porque quienes comparten ese momento tan importante querrán ver a las personas que toda la vida han conocido, y en el caso de Ana y Carlos, sus dos hijos estallarían presentes y nadie más que ellos sabrían detectar las complicidades y los gestos de quienes decidieron dar el Sí, después de muchos años de pareja consolidada.
Con amigos y familia, todo es mejor. Toda Celebración es mejor. Y cuando es auténtico mucho más.