La idea de lo que es un Circo todos la conocemos. Pero no todos hemos tenido la oportunidad de "ver" y "sentir" un disco por dentro de tamañas dimensiones y con la magia que envuelve al mayor y más renombrado Circo de todos los tiempos: el Cirque du Soleil.
Recorriendo el mundo entero con cientos de artistas, creadores, costureras, cocineros, maquilladors y creadores de momentos únicos, el Cirque du Soleil es mucho más que un simple entretenimiento: su magia comienza detrás de escena con todos estos artistas en silencio y el ruido de sogas tirantes, de palmas empolvadas, de miradas perdidas en la escena que vendrá en segundos y el constante golpe de las piernas sobre camas elásticas.
Y un gesto permanente: las manos de los acróbatas que se agarran unas a otras, porque así como en la vida, nada grandioso se hace sin la ayuda del otro y la confianza de entregarnos completamente. Y la música de fondo. Siempre hay música donde la ilusión y la magia deciden hacer lo suyo. Creemos que nada es imposible y nos sentimos niños de nuevo ó, como en mi caso, niño por primera vez.
Años y años de entrenamientos. Días, horas y segundos. Una constante. La familia lejos, los afectos que quedan atrás y las ganas de seguir entregando asombro con gestos de boca y ojos abiertos. Magia. Sudor. Aplausos y gritos, el deseo de que ese momento nunca termine. Todo eso nace acá, en el detrás de escena del Cirque du Soleil, porque para comprender algo, debemos mirar más profundamente, porque de otra manera todo sería una escenografía, y la Magia no nace de lo que vemos, sino de lo que sentimos.