Soy de los que piensa que una pareja se consolida con los años y que la pasión inicial de una relación se puede mantener a través de una serie de experiencia que juntos van a atravesando para llegar al punto donde mirarse a los ojos es sinónimo de reconocimiento y de agradecimiento. El estar juntos, el haber construido un espacio, una familia, un proyecto es posible si las dos partes están comprometidas y el Amor es lo que prima por sobre todo.

Después de 27 años Gabriela y Cristian dieron el Sí. Para  muchos, un papel no cambia nada, entonces ¿Es necesario cambiar algo que ya está establecido? No, y sí. Un papel, una firma, un altar o un par de testigos es la confirmación y el sello para defender algo que se eligió ya hace tiempo, y es el reconocimiento hacia el otro. ¿Cambia algo a partir de ese día? Quizás no, quizás sí, pero habría que preguntarles a los involucrados en estas historias.

Es verdad, un papel no cambia nada, pero como toda Ceremonia, que ha estado impresa en nuestra genética culturalmente, nos impregna de una emoción y nos eriza la piel por la importancia que tiene. Es un testamento: "Sí, quiero". Te elijo, hoy; siempre. Hace 27 años. A vos, a nuestra familia para siempre. ¿Seguiremos siendo novios? Claro que sí, un papel no cambia nada, después de todo, porque el Amor, no tiene una firma.