Todo era luz. Pero no siempre había sido así. Hubo momentos que fueron de oscuridad y temor, momentos de incertidumbre y donde la claridad parecía estar lejos de todo y fuera del alcance de una mano familiar, pero de repente, cientos; miles de manos aparecieron y se fundieron en abrazos cálidos que hicieron que todo se sintiera más seguro y la luz inundó todo, y ese “todo” cobró sentido.
Regina llegó antes de lo que todos esperaban, pero llegó cuando tenía que llegar y de la manera que ella misma decidió que fuera y los miedos desaparecieron y las lágrimas se secaron en la despedida de una parte que decidió acompañarla por 7 meses en este viaje para convertirse en una nueva Ciudadana de este Mundo que la estaba esperando.
Nada nos prepara para las decisiones del destino y lo que nos hace poner a prueba. Nadie nos avisa de eso, incluso sabiéndolo podríamos dudar si somos capaces de atravesar estas batallas que se nos presentan y la única manera de saberlo es justamente atravesándolas. Pero acompañados es mucho mejor.
Eso hicieron Loli y Vito. Y miles de manos que se abrazaron en conjunto para que esta pequeña guerrera llegara cuando ella lo había decidido. Las lágrimas ya no eran de temor, sino de emoción: ¿cómo algo tan pequeñito podría ser tan poderoso? La maravilla de la creación es lo que decidimos hacer con ella, y lo que permitimos que nos rodee. Nada sucede por casualidad y todo tiene una razón en esta inmensa telaraña que nos une como seres humanos y Regina - tal como el significado de su nombre - llegó para coronar los corazones de todos. Una Sagrada Familia de escenario y la luz que todo lo inundaba con suaves sonidos de piano que eran acompañados por la mirada curiosa de Regi.
Bienvenida Reina. Viniste al mundo a ser amada y a ser feliz, es el único propósito que tienes.
Trabajo comisionado para Pixan Fotografía