No voy a negar que siempre me gustó hurgar entre los cajones y recovecos de las casas donde viví. O de aquellas donde pasaba tiempo. Revisar los viejos cajones, los espacios con olor a humedad, escaleras que hacían ruidos y revistas viejas. Y las cajas de zapatos con fotos viejas. En mi familia nunca existieron los Albumes de Fotos. Yo al menos nunca los ví. En mi casa teníamos una viaja caja de zapatillas Adidas y dentro de ella la colección de fotos viajes y no tan viejas de los pocos momentos registrados. Creo que ya conté que nosotros nunca tuvimos una cámara de fotos. Pero sí nos gustaba tener los resultados. Y debido a mi Profesión de Fotógrafo siempre encuentro hermoso revisar viejas fotos, incluso con caras en ellas de personas que nunca conocí. Me imagino sus vidas, pregunto quienes eran y observo en los gestos de mis familiares al hablar de ellos.
Hace unos días estoy de visita en la casa de mi familia y al visitar a mi abuela pude observar algunos objetos tan personales de esa casa, que creo que la mayoría no se daría cuenta si en algún momento faltan: cuadritos, platos de cerámicas colgados, fotos viejas... adornitos sobre el hogar a leña... la cotidianidad nos hace perder el sentido de lo novedoso.
Cada Familia tiene una Historia y a veces a esas historias las podemos respaldar con algún elemento físico: objetos que nos regalaron, una manta, una vieja radio, fotos... y así es que me puse a registrar algunos de esos objetos y llegué hasta algo que jamás había visto: el Libro de Novios de la Boda de mis Abuelos.
Oh que es esto?!
Mi Abuela hizo el amague para pasarlo por alto y que no lo vea. Pero mis manos y mi sentido de curiosidad fueron más fuertes. ¿Cómo podría dejar pasar eso que parecía un pequeño libro de papel avejentado con hermosos dibujos? No estaba en mis planes así que lo agarré y sin titubear me quedé mirando su tapa.
Album de los Novios. Una imagen dibujada de una pareja en un estilo Luis XV por ponerle una fecha. Me quedé mirándola y pensé: ¿será esto lo que me imagino? ¿tendrá fotos y será el precursor de los actuales Fotolibros? ¿Sería posible eso?
Abrí con cuidado la tapa y observé el contenido. Sobre la retiración de tapa una frase de la Empresa que hacía el Fotolibro deseando los mejores augurios a la pareja. Luego sabría que esa Empresa era en realidad la Joyería donde habían comprado los anillos de Boda. Era demasiado hermoso!! Una vieja y arrugada hoja de papel manteca separaba la tapa de la primer hoja donde estaban los nombres de los Novios: Magdalena Ramos y Simeón Cardoso. Cada uno con su letra escrita con su propia mano. Ahora que pienso mi Abuela estudió de muy grande. Yo la veía estudiar y la ayudaba de vez en cuando con sus enormes libros del Plan de Alfabetización Nacional, pero siempre supo escribir, desde chica y aprendiendo en el medio del campo. Según me contó una "chica" Angélica Capo todos los días pasaba y a escondidas le enseñaba con un libro guía. Ella siempre quería aprender, pero por esa época sólo a los hombres se los dejaba ir a la Escuela en caballo. A las mujeres no: "tomá tu torta" cerró la frase mi Abuela.
Volviendo al Album de los Novios pensaba encontrarme con alguna foto, pero para mi sorpresa no fué así. Fué mucho más aunque sueñe extraño: era un registro escrito de un momento importante para una pareja. Y luego una familia. Pretendía (y lo fué) ser un fiel respaldo de acontecimientos invaluables en la vida de mis Abuelos. Y de mi familia. No había fotos, nada de lo que yo esperaba encontrar, pero sí había un registro.
Además de los nombres y fechas de los Novios y futuros Esposos también figuraban los de los testigos, amigos e invitados. Me llamó mucho la atención que todos los invitados firmaban el Album de los Novios: se puede observar claramente quienes llegaban solos o en familia porque los mismos miembros con un mismo apellido van firmando uno debajo del otro. Me imagino llegando a caballos, carros, y algunos autos en el medio del campo para el festejo. ¿Si tuviesen la oportunidad de ver este Album, recordarán ellos ése momento y lo que vivieron?
No había un Registro Visual en esas épocas por estos lados, en medio del campo. Una pena. Quizás sólo algún par de fotos de la pareja... y pensé en lo importante del registro visual. Muchos de esas personas ya están fallecidas me dijo mi Abuela mientras me ponía a leerles los apellidos de los firmantes... "bueno, aquella Señora sigue viva..." comentó mi Abuela y supuse que muchas caras se van desvaneciendo con los años y ahí es donde caigo en la importancia del Registro Visual de una Boda, de un Casamiento o de un hecho importante en nuestras vidas.
Me pregunto si las parejas a las cuales registré dentro de muchos años se sentarán a ver sus fotos, o fotolibros. Yo internamente deseo que así sea porque proyecto el mismo comportamiento mío de niño a los hijos y nietos de estas parejas que dieron el sí: ¿harán preguntas? ¿se seguirán queriendo y sus historias seguirán aumentando a lo largo y ancho? ¿recordarán anécdotas de algún invitado divertido, o de esa chica hermosa que deslumbraba a todos?
Hoy por suerte tenemos la posibilidad de guardar todos nuestros recuerdos en hermosos Fotolibros de Bodas o de Quince o en Fotos sueltas dentro de algún album. Siempre sabremos en que cajón o estante o mueble estarán para ir a su encuentro y revivir los momentos donde fuimos felices.
Que linda que eras Abuela... y que pinta el Abuelo! Me emociona haber encontrado este "registro" escrito de este momento importante. Los empujo a que hagan lo mismo, registren, conserven, vivan y sientan a través de los recuerdos vivos. No sólo de los nombres, sino de los colores, las texturas, las sensaciones, las lágrimas y las risas. Las fotos nos hacen eso, ir y volver, y elegir volver a hacer muchas cosas. Amarnos incluso.