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Córdoba

Boda de Francisco y Pablo

Boda de Francisco y Pablo

Realicé esta Boda como Second Shooter, o Segunda Cámara para Natalia Roca. Cuando Natalia me invitó y me pidió que sea su acompañante para mí fué una gran presión y responsabilidad y sería la primera Boda de dos chicos que se notaba que sentían un Amor y admiración el uno por el otro. El Amor no tiene un género. Es un Matrimonio más. El sentimiento de reconocerse frente a la persona que tienen delante no hace diferencia ni hace que el corazón evalúe detalles que hacen al sentir: cuando se Ama, se ama. Con todo.

Desenfreno, risas, alegrías y mucha emotividad con lágrimas de todos los asistentes en la Boda de Pablo y Francisco.

Éste es mi resumen de esta bella boda que espero sepan disfrutarla tanto como yo haberla vivido!

Córdoba y Granada

Córdoba y Granada

Me había despertado temprano en el departamento de Emilio y pensé por unos minutos que hacer. Sentí que no tenía ganas de viajar a Córdoba y que iba a extrañar Triana.

Pero ya tenía mi boleto de viaje en mano y Antonio me esperaba allí para mostrarme la Mezquita. Me levanté rápido, me di una ducha y trate de que mis tobillos no hicieran demasiado ruido al caminar por los pasillos del departamento así no molestaba a los que seguían durmiendo. La noche anterior había regresado desde Italia el "Americano" (Daniel? Damian? José? Soy pésimo con los nombres) un chico de 20 años que está de intercambio en el departamento de mi amigo y nos pusimos a charlar un poco: él en su español atravesado y yo en mi inglés de mierda. Una maravilla todo. Más tarde llegarían Luis - el sobrino de Emilio - y su chica y sentí que estaba ante un argentino que hacía 6 años vivía en España: su forma de hablar no era española-española y le alegro mucho que le dijera eso. 

Segunda pregunta de Luis fue: "y que piensas de los Españoles y la s conquistas a Latinoamérica y todo eso? Eres de los que lo ven mal o piensas de otra manera?" Listo. Directo al punto. Inmediatamente me cayó bien y pude saber que conectaríamos inmediatamente. Le di mi opinión al respecto (que es la misma que puedo dar adentro o fuera de mi país) y pasamos largo tiempo charlando y debatiendo al respecto de las opiniones que generan hechos que pasaron más de 500 años atrás. Bien resumido por mi amigo Emilio al agregar: "No se puede juzgar el pasado con la mirada y pensamiento del presente" opino exactamente igual. 

La última cena en Triana fue demasiado amena, los 5 disfrutamos de la comida, bebimos, nos reímos, hablamos de corrupción, hicimos comparaciones, nos volvimos a reír y por último disfrute de verlos comer alfajores y havanettes (conitos de dulce de leche) Havanna al punto que me tuve que reír de sus caras al probarlos. Claro, para nosotros es costumbre, pero para ellos es desconocido y era un manjar. Es lindo ver disfrutar a los demás con lo que hacemos, a ella les pasa lo mismo cuando uno prueba una comida típica y exclama: pordiosquebuenoqueestaestolaputamadre! (Así todo junto sin soplar ni respirar)

Nos despedimos y prepare mis cosas para el viaje que tendría el día siguiente. Tomar un colectivo de línea (el 21) hacia la estación de trenes. Y subir al tren. 

Me dió algo de nostalgia despedirme de mi amigo y lo trate de hacer rápido. Creo que nos quedaron un par de días más para seguir charlando y hablar más de nuestras vidas: 15 años aproximadamente de conocernos vía internet para recién vernos por primera vez este 2017. Poco sabíamos pero mucho disfrutamos de conocernos en persona y darnos el abrazo que nos debíamos hace tiempo. Me alegré - cómo se lo dije en varias oportunidades - de que se haya frustrado la visita en el 2014. No lo hubiese disfrutado como lo disfruté esta vez, y como diría mi Madre: "por algo fue Lisandro, por algo fue"

Viajar hacia Córdoba fue un recordatorio de los paisajes de mi Córdoba . Sierras y campos sembrados. Quizás con sutiles diferencias pero las similitudes le ganan. Antes de llegar a la estación de trenes (faltaban 4 minutos en un tren de alta velocidad) un ponja se paró en el pasillo y pregunto en inglés si debía presionar el botón verde para que le habrán la puerta y bajar.  Había algunos pasajeros antes que yo y cerca de el y le hacían seña que no. El tren había aminorado la marcha. Al ponja (o chino) se lo notaba intranquilo y decidí pararme para hablar con el. Le expliqué que debía esperar a que el tren llegara a la estación y le pregunté si viajaba a Córdoba. Afirmó sonriente y le dije que yo también. A eso, otro tren de alta velocidad pasa a los pedos por al lado y pensé que si el ponja lograba bajar (en medio de la nada) lo iban a levantar como "sorete en pala" tal como decimos los cordobeses. Cuando llegamos a la estación fue el primero en bajar se dio vuelta y me dio las gracias cómo 3 veces en inglés sonriendo. Llevaba solo una mochila. 

Antonio llegó minutos después y nos dimos el abrazo de bienvenida y fuimos hacia el auto a dejar mi bolso. Decidí ir con la mochila para seguir acostumbrándomea ella y su peso. Poca batería en la cámara y la Mezquita por delante. 

Córdoba no era Sevilla. Menos Triana. Era algo más moderna y ya me encontraba con calles más anchas, edificios y movimiento de "ciudad" como las que conocemos nosotros. Caminamos y nos dirigimos hacia la Mezquita a la que entramos y quedé nuevamente asombrado de la perfecta combinación ente el arte islamico y Cristiano en su construcción. Los moros (creo) tenían un exquisito gusto por la arquitectura y los espacios abiertos. En el caso de la Mezquita de Córdoba, cientos de columnas sosteniendo un techo para un lugar de adoración. Arcos. Grabados. Pisos gastados del paso del tiempo. La frescura interna relajándote contra el calor agobiante en el exterior te invitaban a sentarte en el piso y simplemente contemplar. 

Al llegar a la bóveda del altar Cristiano simplemente caí en el piso y quede con la cabeza mirando al cielo: cómo carajo hicieron todo eso? Antonio llegó después de varios minutos y le hice seña de que se sentará en el piso a mi lado a contemplar. Se rió y me dijo en acento español: "Perotutasloco?" A lo que insistí y accedió: "Alguna vez de todas las que has venido habías tenido este punto de vista?" Pregunté. "Jamás" respondió. Le dije que estamos acostumbrados a simplemente mirar y en la misma altura que creemos que debemos hacerlo, pero si cambiamos nuestra posición todo lo que vemos cambia. Y me respondió que estaba viendo detalles que jamás había notado. 

"Claro" pensé para mis adentros. 

"Lo mínimo, mínimo que deberían hacer todos los pisan este lugar es contemplarlo en silencio" agregué. - Querrás decir lo máximo. Me respondió. - No, lo mínimo. Eso sería lo mínimo que deberíamos hacer para estos lugares que no fueron diseñados para que cientos de turistas pasen y pasen sin ver. Estos lugares fueron construidos para la contemplación.

Entendió mi punto de vista y nos quedamos por varios minutos ahí en el piso frío de la Mezquita mirando los grabados y esculturas en mármol blanco de la bóveda cercana al altar. Podría haber estado horas ahí. 

Salimos y yo estaba en un estado de relajación total. Cómo si hubiese realizado dos horas de meditación profunda: el silencio en esos lugares sagrados y tan cargados de energía puede pegarse a tu cuerpo y dejarte simplemente flotando en el aire. Largá la cámara, aminorá el paso, no hables, y anula tus oídos incluso. Observá. Sentí el espacio y pensá porqué estás ahí. Rendí un culto a quienes estuvieron antes que tí y agradece tener la posibilidad de pisar esos lugares. Cientos de años de historia te están mirando a tí, y se sienten felices de que les devuelvas la mirada de adoración. 

Salimos y nos fuimos a caminar por las Juderías Cordobesas: mucho más grandes que las de Sevilla. Casas blancas por doquier pero sin tanto "adorno" (como lo llamó Antonio) en sus paredes y balcones: muy pocas casas con macetas de malvones y geranios. Cada una tiene su estilo y personalidad (me refiero a las de Sevilla y las de Cordoba) y yo sé cuáles son mis favoritas. Ambas, hermosas. 

Decidimos almorzar en un bar típico de Cordoba y después de charlar por largo rato nos volvimos en busca del auto para emprender el viaje hasta el pueblo natal de Antonio a pocos kilómetros. El paisaje bellísimo. Campos sembrados de Olivos, de trigo, en constante movimiento en hermosas lomas que invitaban a no dejar de mirarlas y cada tanto, allá un casa blanca de dos plantas con algunos árboles haciendo sombra a su lado. Bello. De pintura. Así todo el viaje. Por allá un puente altísimo cruzando un valle y autos que lo cruzaban en la dirección contraria. Todo invitaba a relajarse. 

Bellísimo. De verdad. 

Al otro día viajaríamos a Granada. Tristeza grande la mía fue encontrarme sin entradas para visitar la Alhambra: con mucho tiempo de anticipación por internet hay que comprarlas. Igual, Granada sería visitada. 

Llegamos y supe en el mismo instante que la pisé que me encantaría también (no tanto como ya saben que ciudad...). Grande. Avenidas. Pero con historia. Mucho movimiento. Y edificios antiguos por todos lados. Bares. Negocios de comidas. Detalles visuales para disfrutar y una energía que se podía sentir en las veredas. 

Decidimos ir caminando hasta el Mirador de San Nicolás desde donde se podría ver la Alhambra en toda su magnitud. Veredas de piedrasen subida por callecitas muy angostas entre casas de paredes blancas en un zigzag interminable para llegar al famoso mirador. Valía la pena. Antes entramos al patio de una típica casa de Granada que simplemente era una delicia: malvones, rosas, pisos de cerámica roja, paredes blancas y tejas en el techo. Ventanas pequeñas para proteger del calor externo interiores que invitaban a sentarse y quedarse ahí por horas. ¿Se podría ser feliz en un lugar así? Sin dudas. Allá al frente, la Alhambra y detrás de ella Sierra Nevada con sus picos blancos eran un marco de postal. 

El sultán que decidió construir semejante palacio sobre el pico más alto del Valle no fue tonto al acercó con semejante entorno: desde ahí podía observar cualquier intento de invasión y disfrutar de la vista maravillosa de una sierra que lo protegía y rodeaba.  Granada era sin dudas impresionante. 

Solo teníamos pocas horas para estar y disfrutar de esta ciudad porque debíamos volver. Decidimos bajar tomando un pequeño bus que apenas pasaba sin tocar las paredes de las casas que bordeaban la calle sin veredas. Nos bajamos cerca de la Catedral y decidí no pagar un euro más por la Fe. La Esperanza de Triana me iba a perdonar. 

Caminamos y decidimos sentarnos en un bar "El Cepillo" a metros nomas de ese punto de interés, y nos armaron una mesa afuera con muchísimas más personas que disfrutaban de su almuerzo. El día no podía ser mejor. 

El menú consistía en Entrada, Plato Principal, postre y bebida. La entrada podían ser desde spaghettis con salsa pasando por pescados hasta potajes variados.  De entrada no tenían nada: era un plato en sí. Me decidí por el potaje variado y Antonio por huevos fritos con papas. El potaje era un exquisitez: verduras frescas en una especie de sopa espesa con garbanzos y una rodaja de morcilla flotando. Si, morcilla, leyeron bien. Menos esto, lo demás me lo devoré. Pasa que la morcilla para nosotros es para comerla de otra manera, y media hervida no parecía Santo de mi devoción. Ahora que lo pienso "debería" haber hecho el intento, pero tenía miedo que termine largando todo ahí mismo delante de la vista de todos. 

Plato principal: albóndigas con salsa y papas fritas. Terribles de buenas. 

Y para tomar quise probar el famoso "Vino de Verano" de la zona: un tinto con rodajas de limón y rebajado con gaseosa de limón. El mozo también ofreció Sangría. Ante mi cara de duda me explicó la diferencia entre el Vino de Verano y la Sangría y no me hizo dudarlo: esta última zumo de duraznos, algunos trozos de frutas y un "poquillo" de canela ganaron por goleada. Trajo los dos vasos y deseé tener una jarra. Quecosamáricapordió!

De postre: Natilla. 

La temperatura estaba increíble e invitaba a seguir ahí por horas, simplemente disfrutando el no hacer nada. 

Decidimos volver, Antonio tenía que hacer algunas cosas así que emprendimos vuelta. Pasamos por el puente que horas antes habíamos visto desde lejos y la vista no fue menos espectacular. 

Ya debía pensar en Valencia y seguir el viaje. El día iba terminando. Sin éxito en conseguir pasajes de tren, me conformé pensando que los más de 500 kms serían la excusa para escribir y pensar más. O menos. Después de todo, el verle el lado positivo no depende del medio en el que estamos sino de cómo decidimos verlo. 

..."Que el equipaje no lastre tus alas, que el calendario no venga con prisa"... canta Chavela Vargas una canción de Sabina en mis oídos.. que nada te pese y que no tengas apuro por encontrar lo que unías aún no sabes lo que estás buscando.

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Casamiento de Anita y Grego

Casamiento de Anita y Grego

Estamos acostumbrados a no movernos de nuestras estructuras. De los mandatos.

Las niñas de rosa y los hombres, de celeste. Primero casarse y después tener hijos. Estudiar, y después recién viajar. La novia de blanco y largo, y el novio de traje. Y el casamiento tiene que ser con muchos invitados.

Todo parece ser un mandato social que la mayoría elige seguir - lo cual no está mal - pero hay otros que deciden que esos mandatos son sólo eso: palabras en forma de orden que no necesariamente hay que seguir.

He tenido la suerte de cruzarme con gente así a lo largo de mi vida. Esas personas que responden a situaciones sociales no convencionales con simples: ¿y porqué? Anita y Gregorio son un ejemplo de eso.

A las apuradas fuimos a registrar este hermoso encuentro en dos jornadas, y participé como espectador de lo que se necesita para romper las reglas: sólo ganas de hacer.

Alejarse de todo.

Decidir pasar del ruido de la ciudad al silencio aturdidor de días de invierno a pocos metros de un río que sólo acaricia las piedras todos los días que son constantes. Y cambiantes. Como las estaciones. Elegir un lugar para ellos, frío y acogedor en invierno donde abrazarse y observarse en los espacios tranquilos de una vieja casona de las sierras de Córdoba, hoy devenida en Hostería. Una hermosa Hostería.

Y para celebrar una unión no hay reglas. Una Celebración es simplemente algo que trae regocijo y alegría. No es mandato que sea una fiesta con locura y descontrol. Hay otra manera de celebrar una unión, ¿porqué no? Desde la manos que se juntan para cocinar todo lo que se va disfrutar, los saludos matinales, los comentarios al pasar y la llegada de parientes y amigos lejanos, también se puede celebrar un casamiento con pocas personas, y agradecer de contar con todos ellos. La Familia es Familia siempre. Porque es lo que toca, y eso sí que es un mandato, pero hay otros lazos que se forman y cruzan para dar forma a lo que viene, y de cierta manera a equilibrar y acomodar los espacios para hacerlos más cómodos para todos.

Anita y Gregorio celebraron su casamiento, así de relajados. Fuera de todo mandato, donde no hubo reglas porque las que alguna vez existieron, ya fueron rotas por otros y lo que ellos están haciendo ahora es reforzar la idea de libertad. Se puede viajar antes de estudiar. Se puede convivir antes de casarse. Se puede programar un casamiento con semanas de anticipación siplemente porque un día te despertás con ganas de asegurarte lo poco que necesitás para estar completo: el tener esa persona a tu lado todos los días, con sol, con frío, con olor a leños encendidos, y tierra por todos lados en verano. Y el olor a comida casera que siempre, siempre une. Ése sí es un mandato que no falla, porque siempre termina uniendo, lo que parecía que no.

Boda de Euge y Nacho

Boda de Euge y Nacho

Mientras hacía la selección de las fotos que iban a componer este pequeño resumen e iban pasando todos los momentos frente a mí, no pude contener un nudo en la garganta en algunos momentos y se me llenaron los ojos de lágrimas al recordar una frase que el Padre que unió a esta hermosa pareja dijo en la Iglesia: "... en el dolor y el sacrifico, también hay Amor." 

Y yo supe la razón por lo cual lo decía y tuve que contenerme también en ese momento. Una pareja no es sólo dos personas. Son ellos, con su familia y amigos. Y la familia es lo que nos toca y por la cual hacemos sacrificios y decidimos dar lo mejor porque - en la mayoría de los casos - ellos hicieron los mismo por nosotros.

Euge y Nacho se casaron en un hermosa ceremonia y decidieron hacerlo en una iglesia llena de gente, de familia y amigos con unas cálidas palabras para dar fin - y comienzo - a una larga relación de años como novios. Así, pequeños como son, se agarraron fuerte las manos y dijeron "vamos por más". 

Muy feliz y bendecido de haber sido parte de esta historia que siempre irá conmigo. En el Sacrificio y en el Dolor, también hay Amor. Jamás lo olvidaré.

Con ustedes el resumen de esta hermosa Boda y una fiesta genial!

Virginia y Gustavo en Salón Agua Canta, Unquillo

Virginia y Gustavo en Salón Agua Canta, Unquillo

A veces recibís regalos. Regalos que te colman el alma. Te golpean en el pecho y te hacen vibrar cada célula hasta hacerte lagrimear. No es dolor, es desborde, de ésos por los cuales tenés que gritar y sacar todo lo contenido para poder seguir respirando, porque de otra manera te ahogas.

Eso me pasó en la Boda de Virginia y Gustavo.

De la mano de mis amigos y colegas Malvina y Jeremías, hicimos este hermoso casamiento para disfrute de cada uno de nosotros. La pareja bella, familias e invitados. Pero me di cuenta que todo había tomado color cuando por sorpresa ingresó un ballet tradicional de carnaval Jujeño - Gustavo y su familia son de allí - y comenzaron las danzas típicas de Mixtura Andina: entre diablos desenterrados que persiguen a mujeres al grito de todos los presentes, la danza, locura, risas y ojos abiertos para  poder captar toda esa hermosura, se hace algo difícil - al menos para mí - abstraerme de semejante tradición y no sentir para sólo registrar.

Los regalos son estos momentos para ellos y para mí. Para ellos por haber compartido un momento tan importante en sus vidas con todos sus familiares y amigos, espíritus incluidos con diablitos enloquecidos por la danza y alcohol y para mí porque esa noche supe que los regalos pueden ser instantes que no se borrarán jamás.

 

Vane y Javi, sesión de Amor

Vane y Javi, sesión de Amor

Bueno. El día elegido no fué el mejor. O sí. Helado, simplemente congelados, no recuerdo haber sentido tanto dolor en mis dedos que trataban de manejar la cámara sobre las ventosas Altas Cumbres de  un día de Julio. Helado. Y nos reíamos sin parar y corríamos rápido para protegernos... de todo un lugar sin protección!

Elegirse todos los días es esfuerzo. Es tomar decisiones que pueden hacernos perder algunas cosas para apostar por otras que sabemos que nos completarán y nos harán felices. Vane decidió dejar su casa, su familia y su vida para olvidarse de los colectivos y aviones para estar cerca de Javi. Y a Javi no le quedó otra jajajaja bromeamos sobre esto con esta hermosa pareja .

Una sesión natural y divertida en medio de las Altas Cumbres de Córdoba, con muchos momentos de risas y charlas. Así se disfruta esto!

Ruth y Maxi Sesión Previa

Ruth y Maxi Sesión Previa

La llamamos Sesión Previa porque generalmente se hace antes de una Boda y nos permite compartir un tiempo con las parejas y conocernos un poco más antes del día del Casamiento, pero en el caso de Ruth y Maxi, la distancia y los compromisos hicieron que se compliquen los tiempos y la Sesión Previa pasó para después de la Boda.

Y como ya habíamos compartido un par de reuniones y pasamos un día de Boda espectacular - ¿no la vieron?! acá el resumen - esta sesión pre/post de Amor fué súper relajada en un lugarcito escondido que encontramos en el camino.

Divertido fué cuando el novio se enteró de que había Sesión Previa... como ya he dicho varias veces los hombres son los más tímidos y reticentes a éste tipo de fotos, pero las Novias adoran tener este tipo de recuerdos para ellas. Así que Ruth organizó la Sesión conmigo. Claro, Maxi lo supo cuando legó 15 minutos después a la reunión y ya era tarde para decir que no. Pero el Amor hace muchas cosas, y éste es el resultado de eso!


Ivana y Marcelo, el casamiento.

Ivana y Marcelo, el casamiento.

Cuando nacemos somos el centro de atención de nuestros padres. Crecemos, y seguimos siendo cuidados por las personas que nos quieren y nos guían para que alcancemos nuestros deseos y así nos vamos haciendo solitos si se puede decir.

Hasta el día que conoces a alguien que te enamora y te das cuenta con el pasar de los días que dejaste de pensar en vos como una unidad para pasar a pensar de a dos. 

Pero cuando aparece alguien que ya hace un tiempo dejó de pensar en sí mismo para hacerlo por y para otros toda la historia cambia. 

Y eso les pasó a Ivana y Marcelo cuando se conocieron. Con hijos propios decidieron encarar esta pareja que es pura felicidad y hacerla propia, única. Y luego llegaron los hijos en común y te das cuenta que ya no pensás por por 1 ni por 2, sino por 6. Porque cuando uno decide hacer un camino con alguien que ama, lo hace con todo... y se disfruta mucho más.

La vida nos presenta muchas cosas adelante para ver como vamos a manejarnos con ellas. A esta hermosa pareja los cruzó esta historia y acá están, dando un Sí enorme, sonriente, firme y decidido de que sus vidas serán para siempre juntos. Y que juntos son mucho más que sólo 2.

Van a ver una Novia que es Madre. Madraza. Un Padre compañero y decidido. Hijos que aman y se dejan querer. Niños que son niños. Y una Novia que no deja de ser bella por hacer lo que hay que hacer como Madre. Y niños pícaros.

Con ustedes, el resumen de esta hermosa Familia: Ivana y Marcelo, sus 4 hijos más todos los amigos y familia que abrazaron esa noche para que dure para siempre. Agradecido por siempre por haber registrado este momento tan importante para ellos. Un placer para mí.

Disfruten!

Salón: Natal Crespo de la ciudad de La Calera / Maquillaje: Ma. Celeste Herrera / Segunda cámara: Horacio Leonardi / Ramo y Tocado: Nora Gribaudo / Vestido: Yuli de García /  

Ruth y Maxi, la Boda en La Angelina

Ruth y Maxi, la Boda en La Angelina

Mi primera Boda Judía.

Emoción.

Después de todo el Amor es el mismo en todas las religiones y culturas no? Pero la Celebración del Amor? Ah, eso es otra cosa. Y cuando Ruth y Maxi se acercaron ya tiempo atrás para una entrevista y me contaron que su Boda sería con ceremonia Judía, me brillaron los ojos. Y comenzaron las preguntas sobre ciertas costumbres que uno desconoce pero que tiene "hambre" de vivir.

Lo que sí dejé en claro es que yo en las Bodas me divierto y soy parte de ella. Eso de hacer fotos de "afuera" no es para mí. Me gusta vivir la Celebración de un Casamiento desde adentro , tal como lo vive cualquiera de los invitados. Sentirlo. Vivirlo. Celebrarlo.

Lo  que no pensé es que en un momento me iban a rodar las lágrimas de la emoción: por algún momento emotivo? No, sino por la Celebración. Por la Fiesta. Por como festejaban y se divertían. Nunca había visto tantas manos unidas, abrazos, bailes y saltos, risas, golpes, locura, gritos, aplausos y más en un mismo momento! Me emocionó! Me superó. Que es toda esta locura?! Tanta velocidad! Tanta Luz! Acaso serán las palabras del Rabino Yossi que mencionó que por cada uno de nosotros había 3 antepasados que nos acompañaban en ese momento también? Todos esos "Espíritus" estaban festejando?! No habría otra explicación. 

Una bella ceremonia en un día de muchísimo sol y calor; divertida, acompañada de todos y con el apoyo de cada uno de los invitados, incluida una invitada que cayó al agua. La fiesta animada desde el inicio con Música Tradicional Judía en un salón a pleno.

Eso es una Boda, un momento de Celebración Histórico de una pareja y de cada uno de las personas invitadas. Y de los Espíritus que nos acompañan todo el tiempo. 

Con ustedes, el "resumen" de Ruth y Maxi.

Salon: La Angelina, Asistente y Segundas Cámaras: Carlos Grenni y Horacio Leonardi, Bandas en Vivo: Orquesta Atzor, Tradicional Judía y Banda Topete. Peinado y Maquillaje: J. Torres.

Casamientos en Estancia La Paz: Adriana y José

Casamientos en Estancia La Paz: Adriana y José

Ubicada en los bellísimos paisajes de Ascochinga, a pocos kilómetros de la ciudad de Córdoba, la estancia La Paz fue la preferida del ex presidente Julio A. Roca y hoy es una de las opciones más elegantes para disfrutar del descanso o de la celebración de un Evento importante en la vida, como puede ser una Boda.

Reciclada hermosamente en 1.998, tiene hoy todas las comodidades para recibir a invitados y agasajados con un bellísimo entorno natural de árboles inmensos y vegetación que explota alrededor.

Éste es el lugar que eligieron Adriana y José para dar el Sí y celebrar su Amor. Alejados de todo, pero rodeados del cariño sincero de todos sus amigos y Familiares que disfrutaron de una bellísima noche que comenzó con algo de lluvia pero que no detuvo a la riquísima comida criolla que deleitó a todos acompañados de una banda de cuerdas que amenizó la noche.

Una Boda es Celebración. Y elegir a nuestro Amor es elegir la compañía para nuestra vida. Esa fué la palabra Clave que eligió nombrar José en el discurso para Adriana: "...vos sos mi compañera" y al verlo pronunciarlas pude ver lo mucho que sentía el poder de eso y todo lo que significaba. Porque no se trata sólo de querer a alguien, se trata de mucho más. De acompañarse, guiarse, sostenerse, empujarse y abrazarse. 

En Resumen, una bellísima Boda con la invaluable compañía de dos amigos colegas, Malvina Battiston y Jeremías Santochi. El espacio Estancia La Paz, Decoradores: Gloriosa Decoración de Eventos, Música e Iluminación: Carlos Clariá, Maquillaje: María Celeste Herrera, Peinado: Eva Perea, Vestido de Novia: Claudio Barzábal, Video: Roberto Peralta. Artista invitado: Favio "La Mole" Moli.